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lunes, 25 de mayo de 2015

Prólogo. "Oro Plateado"





La oscuridad invadía todo salvo los pequeños faroles de luz de luna colocados en las paredes de piedra rota de la Ciudadela. Todos los presentes esperaban ansiosos el gran momento. Era un sitio enorme, con distintos asientos hechos con la propia piedra de las paredes. Estaban en la sala de ceremonias, donde una muy especial tendría lugar esa noche de luna llena. Poco a poco la sala se fue llenando con los invitados y protagonistas de esa reunión. Sus trajes de bóveda celeste brillaban con la luz de los faroles, llamas completamente blancas que no quemaban ni desprendían humo. Todos ellos tenían la misma característica que hacía de esas personas seres de belleza sin igual. Su piel perlada estaba cubierta por el frío de la noche. Sus ropajes eran túnicas de un color azul oscuro adornado con cuentas que lucían como las estrellas, pero esto no era lo más singular de los habitantes de la Ciudadela. Todos ellos tenían alas, unas enormes alas plegadas del color del carbón con un toque dorado en las puntas como si las hubieran pintado a mano, pluma a pluma, dejando una apariencia totalmente angelical a pesar de los colores oscuros de sus plumajes.
Se fueron sentando en el pabellón, formando un semicírculo a tres metros de altura de donde estaba el altar con un gran recipiente dorado con dibujos de hojas de salvia, unas pequeñas hojas de forma oblonga y pecio pelada, con un color verde grisáceo que combinaba a la perfección con el color dorado antiguo de lo que parecía estar hecho el recipiente que contenía un líquido reflectante en el fondo, donde se podían ver las estrellas del techo desnudo de estructura.
El bullicio empezaba a notarse, allí había gente de todas las edades preparados para dar la bienvenida al nuevo ser que se criaría entre ellos y sería uno más. Un nacimiento siempre era motivo de celebración, salvo cuando uno de los invitados era un niño de pelo castaño y ojos de un color pardo que parecían mucho más oscuros en esa estancia. Tenía tres años, estaba andando por el pabellón, cerca del altar escapándose de los guardias mientras reía. Tenía mucha energía, pero solo estaba entorpeciendo los preparativos. El Líder aun no había llegado, por lo que no surgía ningún problema porque estuviera allí, pero tenían que cazarlo antes de que hiciera algún número. Lo peor de todo eso no era exactamente el jovenzuelo, sino el coro de niños que se había formado desde lo alto, en los asientos, siguiéndole el juego.
Ya desde pequeño, Connor, mostraba una fuerza increíble. Su inteligencia era mucho mayor que la de un niño de su edad y alguna vez había cazado seres que se escondían en las sombras de la Ciudadela. Era uno de los que podría tener un alto cargo si manejaba esa diversión que podría ser perjudicial para su salud. Nada bueno se quedaba sin su consecuencia. Todos los allí presentes, los Seelen, eran seres de piel clara y ojos oscuros y brillantes como el cielo sin astros, pero ese niño tenía los ojos tan humanos como si fuera tal ser. Tenía las alas mucho mas formadas que un Seele niño, de un negro que parecía un pozo sin fondo y los matices más brillantes que se podía ver en aquella sala. Su rasgo principal era que sabía volar mejor que ningún niño y eso ocasionaba problemas a los guardias que no podían extender sus alas por la ceremonia y porque pondrían en alerta a los demás seres que estaban reunidos allí.
Connor reía mientras volaba a un metro de altura, esquivando columnas de piedra envejecida y con restos de plantas fosilizadas de otra época. Le gustaba burlarse de todos siendo más pequeño. Nunca se había sentido sólo, tenía todo lo que deseaba, incluso lo que no. Una mujer logró cogerle y lo apretó contra su pecho haciendo que una de sus alas quedara doblada de una forma extraña lo que le hizo perder varias plumas con su plumón aún. Soltó un quejido y varios en la sala se alteraron al ver que el niño lloraba por su prisión. Le cambiaron de brazos y sintió un corazón tranquilizador contra su cabeza. Sujetó la tela azul oscura de su madre, una mujer joven, bella de cabello negro azulado. A su lado estaba su padre con una luz tan brillante como un rayo de sol entre las manos, le sonreía. El hombre parecía tener la misma edad que la mujer, tenía el pelo oscuro y rasgos marcados, además de unos bonitos ojos alabastro que brillaban con la luz de sus manos.
–Ya está, Connor. Ahora tienes que portarte bien, vamos a tener a tu hermanita –explicó la voz de Wedia, su madre y quien acariciaba su pelo con tranquilidad–. No llores más, mi bebé.
Connor miró a su madre y asintió mientras sollozaba y se sentía más protegido estando así y parecía que ya nadie hablaba en la sala. La ceremonia iba a empezar, muchos ya observaban la puerta de madera y metal por donde aparecería el Líder para dar paso a la ceremonia, pero el niño no se iba a quedar quiero. Se inclinó para ver la luz que tenía su padre y la señaló.
–¿Hermanita?
Sus padres asistieron. Iban a crear un bebé Seele con esa pequeña luz que habían conseguido. Un Seele se creaba con un alma humana, normalmente eran de colores, pero ellos habían conseguido una blanca, por eso no habían dudado al querer tener otro hijo y así cubrían su cupo. Cada pareja podía tener dos hijos, ya que la ceremonia tenía lugar con sangre. Una señal de la vida se abría en la palma de la mano dejando salir la sangre que se echaba en el recipiente de líquido extraño y oloroso. Luego se quitaban una pluma el uno al otro para crear el cuerpo y sangre. El alma humana era la clave para unir todo y dar conciencia al nuevo Seele.
Los padres de Connor ya tenían una señal, tenían la posibilidad de tener un hijo más y eso era lo que se celebraba ese día. Cuando la puerta de madera y metal se abrió todos quedaron en silencio y sólo se movió Wedia que dejó a su hijo en el suelo y le indicó que sujetara su traje. El Líder apareció para todos. Sus alas tenían muchas canas blancas, pero conservaban plumas negras. Tenía el pelo de un rubio pálido por el envejecimiento y debajo de sus ojos varios surcos de ojeras y rastros de la edad. Su vestimenta era dorada, mostrando su poder.
Con paso lento y pausado se colocó frente al altar y miró directamente a los ojos a la pareja joven.
–Wedia y Julians, hace tres años que no os veía –comentó en tono bonachón. Eso hizo que Connor tirara de la ropa de su madre nervioso mientras notaba que las profundas cuencas de dirigían a él–. Estás muy grande..., esto...
–Connor, se llama Connor Elian Wikens –susurró el padre del niño.
–Eso es, Connor –continuó–. Bien, señores Wikens. He mirado vuestros historiales y dado que habéis creado antes a un ser como Connor, tenéis la bendición de Él para tener un nuevo retoño.
Los padres del niño se miraron entre sí. No le gustaba que hablaran de su hijo como un objeto. Estaba vivo y tenía sentimientos, aunque por suerte no entendía todo aún, o es era su esperanza. Volvieron a mirar al Líder y asistieron como debían hacerlo en la ceremonia. Todos los presentes se levantaron de sus asientos y segundos después música, un cántico de vida que traía consigo una protección para el futuro bebé. Los Seelen no sabían tocar instrumentos porque usaban sus voces como uno y ,además de las habilidades de batalla, era lo único que tenían ejercitado. Todos aprendían a cantar desde los cuatro años a los catorce cuando debían cambiar a la lucha, por eso ninguno desafinaba.
El Líder sacó una daga curvada, con un brillo añil cuando la luz pasaba por su superficie. El mango estaba cubierto de lazadas y cruces hasta una gran cuenta de oro blanco en forma de pluma que colgaba de una cadena en el extremo. Julians y Wedia levantaron su mano, la que aún no tenía una marca en la palma, y la extendieron hacia el hombre mayor. El niño contempló horrorizado como la piel de sus padres se abría y sangraban grandes gotas que caían sobre el líquido, tiñéndolo de carmesí. Tuvo que apartar la mirada, era algo horrible de ver, pero lo peor era que sus padres tenían que sufrir viendo al otro derramar su sangre.
Cuando el Líder terminó con el cuchillo y se lo tendió a uno de los guardias cogió las manos de la pareja y las unió para mezclar su sangre mientras caían las gotas de color del oro, sin embargo, contra el líquido se volvían rojas, era extraño y nadie sabía muy bien porque pasaba esto, pero luego la sangre dorada teñía las terminaciones de sus plumas negras. El siguiente paso fue doloroso y rápido. Se quitaron una pluma mutuamente y la echaron en el recipiente empezando a crear una forma mientras el líquido comenzaba a flotar como si volara.
Primero fue una esfera, luego se separó por un extremo formando la cabeza, el cuerpo se estiró y los miembros siguieron extendiéndose. Por último las alas envolvieron a la criatura que aún era un líquido. Julians sonrió al ver el cuerpo de su hija frente a él y sujetó el alma con fuerza y cariño mientras la metía en el líquido. Hubo una luz cegadora que calló a todos los presentes y les obligó a cerrar los ojos. Pero hubo uno que no le hizo falta. La luz ascendía desde el borde del recipiente hasta el techo y se escapaba por la abertura. Pero Connor se encontraba en el suelo, su estatura le hacía estar por debajo de la luz y pudo ver como su hermana se formaba. Como una estrella brillaba en su pecho antes de cubrirla con la piel clara. Su pelo de recién nacida era negro y fino, sus alas tan negras como las suyas salvo que su terminación no era dorada, sino del color de la plata.
El niño, ansioso por verla de cerca fue hasta ella volando y la tocó, haciendo que la luz dejara de existir. Y así los dos hermanos quedaron conectados por el contacto de la formación, llevándose un pedazo de cada uno y uniéndolo a su cuerpo.
–Avril –dijo Connor sonriendo–. Hola, hermanita.


¿Os acordáis de esta novela? Ay, la encontré el otro día de nuevo y la estoy corrigiendo. Si alguien quiere leer el prólogo aquí lo tenéis.

5 comentarios:

  1. ¿Sabes que me encanta? Siempre me sorprendes con tus novelas. Por favor sube el primer capítulo ya que me muero por saber que pasa :)

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  2. Acabo de terminar de leer el prólogo. Esta bastante bien, lo que más me ha llamado la atención ha sido Connor, qje monada de niño aunque eso si, travieso como el sólo. El final del prólogo queda muy bien y muy intrigante por la manera en la que ambos hermanos quedan unidos. Una vez más Connor se no podía estar quietecito y tiene que tocar a su hermana cuando se estaba formando. La idea de los ángeles me gusta, bueno aunque no creo que sean ángeles del todo. Espero seguir leyendo estaba novela porque tengo curiosidad por saber que pasa.

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  3. ¿Quieres comentarios? Pues allá va mi comentario.
    Lo primero decirte que no necesitas 3 comentarios para saber que escribes de p*** madre (con perdón xD) Porque sinceramente, esto es una pasada, cada vez mejoras más, y en cuanto a las faltas he visto muy, muy pocas, sólo un par o así, así que de eso no te preocupes ^^.
    Connor es una monada y un bicho traviesillo jajajaj xD Los niños suelen ser muy curiosos porque lo ven todo nuevo, no le culpo por divertirse tanto con los guardias xD
    Los Seelen tienen una parte de semejanza con los ángeles por lo de las alas, aunque son unos seres totalmente sacados de tu imaginación y muy originales. También me ha gustado mucho cómo se crea a otro Seelen, es muy original, y bueno, yo ya no sé qué decirte. Sólo te pediré un favor: termina esta novela y la de memory porque si no vas a hacer que me muera :P
    PD: ya tienes 3 comentarios, así que sube el siguiente xD

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  4. Hola, es mi primera vez en el blog. Pues leí el prólogo y me atrapo.
    Ángeles oscuros que matan, y roban almas humanas para "formar" su propia familia..puede parecer cruel, pero se asemeja a la característica del ser humano, derribar lo que esté en su camino para obtener lo que desea.. La novela promete ser buena :) ...solo unos detalles en la escritura pero nada que no tenga solución.. Seguiré con los demás capítulos espero sean igual de buenos que el inicio

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  5. ¡Hola! Como te dije por Ask, tu novela era la siguiente en mi lista y por fin me he pasado a leer. A diferencia de la otra novela de la iniciativa que leí, como esta está en un blog, puedo comentar entrada a entrada y no hablarte de todo el conjunto de la novela al final, así que cuenta con mis comentarios estos días.
    El prólogo me ha parecido interesante, me gusta el hecho de que hayas creado unos seres a partir de cero. Porque aunque tengan alas no son ángeles exactamente, sino que les has inventado sus propias costumbres y demás :)
    El personaje de Connor me gustó bastante y me alegra que haya establecido una conexión con su hermana, creo que eso dará juego más adelante.
    Tu forma de redactar es buena; las cosas se entienden bien y no se hace pesada.
    Seguiré leyendo para poder opinar como es debido, solo con el prólogo no estoy en situación de hacer una crítica como es debido ;)

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