Y la Luna no se daba cuenta que cuanto más alumbraba por la noche más humanos salían de sus casas.
El Sol, celoso, un día decidió atraparla entre sus brazos para que sus humanos salieran solo por las mañanas cuando gobernaba.
Y entonces se dieron cuenta que los eclipses atraían más gente. Les miraban fijamente y hablaban de ellos como si de verdad existieran.
Ahora ambos cuerpos del firmamento se encuentran para que su humanos les alaben por su unión y no por sus celos, sin ser conscientes de que todo empezó por ellos.
Un relato muy bonito...
ResponderEliminarYa tienes una nueva seguidora... Saludos