jueves, 26 de marzo de 2015
Relato: Espina.
¿Sabéis esa sensación de clavarte una astilla minúscula en el dedo y saber que existe pero no la puedes ver? La tocas, la rozas, la arañas y sigue existiendo. Pero no te la quitas, en cambio te gusta la sensación de pasar el dedo por encima y el dolor que causa.
Hay muchas cosas que pueden ser esta diminuta espina y todos la hemos soportado alguna vez. ¿O no habéis tenido una amistad, un amor, un familiar o similar que molesta pero cuanto más hondo esta mas te gusta que te duela?
Tal vez suena un poco drástico, tal vez no os dais cuenta como tal que es una espina y que debe ser sacado, que molesta pero gusta. Asimismo, duele pero es aguantable y agradable tenerla.
Pero toda espina desaparece un día y aunque aprietes la zona ya no hay sensación que te recuerde que ha existido.
Es así como realmente se superan las cosas. Son pequeñas astillitas que hay en nuestro interior y que un día, sin más, paran de hacernos daño aunque la hayamos tocado durante mucho y nos hayamos acostumbrado al dolor. Solo el tiempo hace que desaparezca y es algo normal y que nunca se para.
Las astillas desaparecen de nosotros, dejan de molestar y solo quedan los recuerdos que para bien o para mal seguiremos recordando.
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